Consejos de Salud

La dama del lazo rosa

La dama del lazo rosa

Evelyn Lauder, la dama del lazo rosa, dejó su huella por su papel tanto en la empresa Estée Lauder, como por su arduo trabajo en la lucha contra el cáncer y las campañas de prevención que organizó.

Octubre, año 2015, siglo XXI: el mundo se viste de rosa gracias Evelyn Lauder.

En una u otra medida todos  tenemos conocimiento de que la causa de magníficas decoraciones y el lucimiento de lazos rosas en las solapas, así como las iluminaciones en el color femenino por excelencia, tienen que ver con el cáncer de mama.

Estos símbolos, hoy utilizados multitudináriamente por personas, empresas, compañías y organizaciones a nivel mundial, responden al compromiso de poner voz a las mujeres que sufren esta enfermedad y, sobre todo, al de concienciar a todas de lo importante que es el diagnóstico precoz y la prevención.

No solemos ser conscientes de la facilidad con la que se resquebrajan las cosas que creemos permanentes, y cómo se volatiliza y cuan frágil puede llegar a ser la salud; este es el motivo por el que debemos cuidarnos para evitar en la medida de lo posible todo tipo de enfermedades.

¿Cómo comienza la historia de un lazo rosa para poner voz al cáncer de mama?

La historia de un lazo rosa como símbolo de concienciación se remonta a una canción: “Round her Neck She Wears a Yeller Ribbon”.

En el año 1979, PENNEY LAINGEN, esposa de un prisionero en la Guerra del Golfo, se colocó un lazo amarillo inspirada por la canción para pedir la liberación de su esposo. Muchos se solidarizaron con ella. Era la primera vez que un lazo se hacía mediático.

En 1990, el grupo activista Visual AIDS, que luchaba contra el SIDA, tiñó el lazo de color rojo, color de la pasión, siendo el actor Jeremy Irons el embajador por excelencia, llevándolo en la gala de los Tony Awards.

Los lazos se convirtieron en el símbolo de cualquier causa solidaria hasta el punto de que el New York Times declaró el año 1992 como “El año de los Lazos”.

Evelyn Lauder

La señora Evelyn Lauder conoció a su marido en una cita a ciegas, cuando Leonard era un joven, hijo de unos modestos empresarios dedicados al mundo de la cosmética.

Se convertiría en su marido y en su compañero de viaje hasta el final de sus días. Juntos construyeron el gigante imperio de la cosmética Estée Lauder.

Evelyn fue alcanzada por la misteriosa enfermedad; una enfermedad de la que no se conocía nada, y mucho menos se hablaba.

Las mujeres que padecían cáncer de mama lo ocultaban. Además de encontrarse mutiladas, su autoestima quedaba desgarrada de por vida. Su enfermedad se sufría en silencio y con temor.

Evelyn Lauder decidió que había que cambiar esta realidad y, en el trascurso de ese mismo año 1992, ya trabajaba codo a codo con Alexandra Penney en campañas de concienciación.

Su intención, fue desde el primer momento la de involucrar al gigante imperio de los cosméticos Lauder, del que era vicepresidenta, en el mejor apoyo, comprometiéndose a distribuir a través de las tiendas de Nueva York lazos por todo el país.

Evelyn Lauder y el lazo rosa

Después de discutir y barajar oportunidades con HARLEY, otra víctima del cáncer de mama que elaboraba en el salón de su casa lazos de color melocotón y los vendía junto con una tarjetita reivindicativa, llegaron al consenso de que el lazo que abanderaría su causa sería de color rosa.

Todo comenzó como algo pequeño.

Evelyn y su esposo financiaban gran parte de los lazos entregados a mujeres en mostradores de cosméticos en centros comerciales estadounidenses para recordarles que se hiciesen un examen de seno.

Así, comenzó, una cruzada que deseaban llegara a todas partes, persuadiendo a amigos editores de revistas de belleza para publicar historias sobre salud y belleza del seno: “Hacer que la gente hable”, decía.

Sin duda, ha conseguido un enorme progreso en educar y concienciar sobre el cáncer de mama, y el miedo que antes rodeaba la enfermedad se ha sustituido por esperanza e inspiración.

Numerosas campañas

Numerosas campañas con las que recaudó millones de dólares para donarlos a la investigación, fueron otra parte importante de su lucha incansable.

Evelyn, pide a la musa y modelo imagen de la compañía Lauder, LIZ HURLEY, que uniese fuerzas en esta cruzada con su compañía.

Ésta no lo dudó, y le prometió a Evelyn que todos los años se regalaría una mamografía en el día de su cumpleaños; no en vano, su abuela había muerto por un cáncer de mama que ocultó durante dos años.

Liz hace hincapié en la autoexploración y el diagnóstico precoz.

Siempre tuvo clara la idea de que nadie podría vencer el cáncer de mama solo.

Por ello, este espíritu de unidad que infundó en todos los que la rodeaban, su espíritu de unidad, sería el motor en todas sus campañas.

Ella lo impulsó todo; sus herederos ocupan su lugar y continúan con su misión de vencer al cáncer de mama.

Ella estaba  convencida de que era posible, y ellos también.

Evelyn murió con 75 años afectada de un cáncer de ovarios, toda una vida vinculada a la lucha contra el cáncer.

El legado de Evelyn Lauder

Allí desde donde esté, contemplará orgullosa que su compañía impulsa la iluminación de más de 200 monumentos alrededor de todo el mundo.

Que octubre se ha convertido en el mes del cáncer de mama.

Y, que el 19 de Octubre, es el Día Internacional del Cáncer de Mama.

Su objetivo se ha cumplido: Conectar, Comunicar, Luchar.

Desde el comienzo hasta hoy debemos aunar fuerzas, pues ahora ya estamos todos implicados.

Ella puso la voz; nosotros todos debemos mantenerla centrándonos en una idea concreta: Diagnóstico precoz, Compromiso, Campañas solidarias para apoyar a la investigación, hasta conseguir el sueño de que algún día las mujeres dejarán de morir a causa del Cáncer de Mama.

A día de hoy, convencidas todas las mujeres del mundo de la importancia de esta lucha, quiero pediros en honor a Evelyn y a todas las mujeres que han perdido, a las que luchan y a las que lo vencieron, que compartáis este post, porque nadie puede vencer solo y porque juntos venceremos.

 

 

«Autocuidado, Salud y Belleza»

Contenido elaborado por: Inmaculada Vicente María

Nº colegiado 1211

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