Consejos de Belleza

Limpieza facial y doble limpieza

Limpieza facial y doble limpieza

Limpieza facial y doble limpieza para un rostro sano y bonito

Si quieres lucir una piel luminosa, uniforme y joven, debes tener claro que la limpieza facial y doble limpieza son la base de tu rutina de cuidados.

Las impurezas se van depositando en nuestra piel:

  • Polución del medio ambiente.
  • Secreción grasa propia.
  • Estrés.
  • Mala alimentación.
  • No beber suficiente agua.
  • No dormir adecuadamente.
  • El humo del tabaco…, son factores que provocan que nuestro rostro se apague, pierda luminosidad y uniformidad.

Para evitar que todos estos factores no nos pasen factura, debemos tener muy presente la importancia de una limpieza facial correcta todos los días mañana y noche, ya que nuestra piel no deja de trabajar.

Por la noche la piel se repara y restaura de las agresiones sufridas a lo largo del día. Por el día está expuesta para protegernos como un escudo que es, y en ambos casos es importantísimo que se encuentre en perfectas condiciones: que esté libre de toxinas para así favorecer sus funciones y facilitar la acción de todos los principios activos que vamos a aplicar, es decir, que esté receptiva: limpia, tonificada y equilibrada.

Una limpieza facial adecuada nos proporcionará además un equilibrio respecto del exceso de secreción grasa como del exceso de sequedad.

¿En qué consiste la doble limpieza?

En los últimos años la cosmética coreana, también llamada cosmética K-Beauty, ha experimentado un boom, y comienzan a extenderse en occidente sus trucos centenarios. El gran secreto de la piel cerámica de estas mujeres reside, entre otras cosas, en la doble limpieza.

Como su nombre indica, consiste en aplicar dos pasos a la hora de limpiar la piel:

  1. En primer lugar utilizaremos productos de base grasa (aceite, mantecas, leche) para limpiar el rostro. Estos aceites son desmaquillantes y limpiadores, también son aptos para pieles grasas, y nos ayudan a eliminar maquillaje, protector solar y las impurezas propias de la piel, como sudor y sebo.  En este paso eliminamos las impurezas que son solubles en grasas. Estos aceites se aplican poniendo unas gotas en nuestras manos y aplicándolos en el rostro, extendiéndolos con suaves masajes circulares. Se aconseja humedecer con agua tibia para que emulsione, y finalmente aclarar con abundante agua tibia. Secar a toques con muselina de algodón o toalla.
  2. En segundo lugar vamos a utilizar un limpiador acuoso, puede ser gel o espuma; y con él, eliminaremos el cien por cien de restos de sudor y suciedad que es soluble en agua. El limpiador que utilizamos en este paso es más específico de nuestro tipo de piel (grasa, acnéica, seca, sensible).

Al tratar las impurezas de la piel por separado, se consigue una limpieza más profunda sin alterar el manto hidrolipídico, y aquí radica el beneficio de este ritual de doble limpieza.

La piel queda suave, sin tirantez y perfectamente preparada para los siguientes pasos y optimizar así, las propiedades de los siguientes activos.

Las pieles grasas debéis practicar la doble limpieza, ya que el primer paso más graso no sólo retirará suciedad, también el exceso de sebo, y evitará un efecto rebote graso que se produce muy a menudo por el uso excesivo de productos astringentes: «el aceite se elimina con aceite, así que, un aceite limpiador nos va a ayudar a descomponer y eliminar el exceso de sebo.

Limpieza facial y doble limpieza

Limpieza facial y doble limpieza

¿Cuándo practicar este ritual?

Como hemos comentado anteriormente, sería ideal hacerla mañana y noche, pero sería estrictamente necesario por la noche, es cuando nuestra piel está más saturada debido al maquillaje, los protectores solares y la polución.

Y para terminar no olvidéis nunca lo importante que es TONIFICAR . El tónico es un cosmético indispensable, ya que tiene una función importantísima que consiste en balancear el pH de la piel.

Después de la limpieza facial el pH de la piel se altera y es fundamental devolverlo a valores de 4,5-5,5. Este pH ácido ayuda a que la piel mantenga a raya las bacterias, y también es imprescindible para que haya renovación celular y facilitar la penetración de los productos que aplicarás después.

Introduce este gesto en tu rutina para tener una piel sana, luminosa y repulpante: limpieza facial y doble limpieza.

Para terminar quiero hacer una aclaración en cuanto a la limpieza excesiva de la piel, ya que puede ser perjudicial para el equilibrio e integridad de la misma. Siempre en su justa medida!

 

«Autocuidado, Salud y Belleza»

Por Inmaculada Vicente María