Consejos de Salud

Hablamos sobre protección solar

Hablamos sobre protección solar

Hay que tomar conciencia acerca de los daños que el sol produce a nuestra piel, por eso hoy hablamos sobre protección solar.

Es importante conocer los cuidados que son necesarios tomar a la hora de proteger nuestra piel de la radiación solar para minimizar los riesgos.

El sol provoca estragos en nuestra piel, pero además, estos daños se van acumulando día a día.

Por ello, la protección solar tiene una vital importancia en la salud.

Cierto es, que todos, bronceados nos vemos más favorecidos, pero, debemos anteponer nuestra salud a algo tan pasajero como un tono dorado de piel.

Es importante desechar la idea de que si nos protegemos no nos bronceamos ¡ERROR!

El bronceado que se adquiere con una protección adecuada es más seguro, más bonito y más duradero.

Por otro lado y no menos importante, hay que destacar que el sol es beneficioso para nuestra salud, pero la situación actual de nuestra capa de Ozono, entre otras cosas, nos obliga a tomar precauciones.

Protección solar

Protección solar

Uso de protección solar

¿Por qué es tan necesaria la protección solar?

El sol aporta a nuestro organismo multitud de beneficios y necesitamos tomar el sol, pero con precaución.

  • La piel es el órgano más grande que tenemos y con la reducción de la capa de ozono y la cultura del bronceado, la exponemos más que nunca y necesitamos una correcta protección solar.
  • Ya hemos hablado sobre lo poco que conocemos el peligro de tomar el sol de forma irresponsable y de los daños que puede ocasionarnos si no empezamos a poner remedio.
  • Es cierto que las cremas bloquean parte de la radiación y el bronceado se ralentiza, pero si lo que quieres es estar moreno (y sano) durante más tiempo, usar la protección acorde a tu fototipo de piel te ayudará.
  • Y es que los fotoprotectores adecuados prolongan el bronceado y procuran que éste luzca de un tono más atractivo.
  • La explicación a la necesidad de utilizar una adecuada protección, está en la acción que produce la radiación ultravioleta en nuestro organismo.
  • En estos meses de primavera-verano, el índice UV se dispara y protegerse bien es más importante que nunca. Además pasamos más horas al aire libre.
  • Y sobre todo, tener en cuenta, que el bronceado saludable no existe.

Radiaciones ultravioletas e infrarrojas

Afectan a la piel aquellas radiaciones solares que pueden penetrar la capa de ozono de la atmósfera: los ultravioletas y los infrarrojos.

Los Rayos UVA y Rayos UVB forman parte del espectro electromagnético que constituye la luz, se encuentran en el espectro a la derecha de la luz visible.

Los ultravioletas son UVA y UVB.

Los UVB, lo hacen sobre todo en verano, afectan a la capa superficial de la piel (epidermis) y nos provocan efectos a corto plazo como el bronceado y las quemaduras si no hemos tenido cuidado.

Y los UVA, que son de mayor longitud de onda, penetran en nuestra piel sin que nos demos cuenta durante los 365 días del año, alcanzando una capa más profunda (dermis), donde son capaces de causar graves daños a largo plazo: el fotoenvejecimiento al aumentar el número de radicales libres, las manchas, la alteración de las defensas de la piel e incluso cáncer cutáneo.

Los rayos UVA de cabina son igual de nocivos que los del sol y hay que evitar esta práctica.

Infrarrojos-A, que llegan más profundo, hasta la hipodermis, y sus consecuencias son las arrugas profundas, la pérdida de firmeza y elasticidad de la piel, la aparición de arrugas y manchas, y otros efectos nocivos para la salud de la piel, lo que se hace absolutamente necesario protegerse frente a la radiación IR-A, cuando estamos expuestos al sol.

El IR-A aumenta la expresión de un enzima que destruye las fibras de colágeno, e impide la síntesis de nuevo colágeno, por ello, el resultado es una piel envejecida prematuramente, con más y más profundas arrugas, junto a la pérdida de firmeza, así como, flacidez y descolgamiento, según expone el Environmental Health Research Institute de la universidad de Düsseldorf . 

¿Cómo nos podemos proteger adecuadamente?

  • Elige el factor adecuado dependiendo de tu fototipo de piel.
  • Los protectores solares deben aplicarse entre 30 minutos y 2 horas antes de exponerse al sol.
  • Repite la aplicación cada dos horas.
  • Repetirla después de salir del agua.
  • No tomar el sol de manera directa en las horas centrales del día.
  • Protege aquellas zonas en las que el fotoprotector no llega utilizando sombreros de ala ancha, gafas de sol, incluso camisetas en aquellas personas que requieran de una protección más elevada, nos ayudará a no tener que decidir entre tomar el sol y broncearnos y gozar de una piel sana.
  • Este tipo de protección con barreras físicas, junto con evitar ponerse al sol en las horas centrales como son desde las 12 a las 16h (evitando así, quemaduras), es lo que se llama fotoevitación.
  • También, es clave la autoexploración, facilitando la detección precoz, salvando vidas: vigila cualquier lunar, bien nuevo, o que cambie de color, forma, tamaño.

¿Cuáles son los fototipos de piel y de qué depende?

Debemos elegir correctamente el fotoprotector adecuado a nuestro FOTOTIPO DE PIEL, característica que va en función de las variaciones de pigmentación de cada piel, del cabello y color de los ojos, así como de la capacidad de broncearse.

El fototipo, define el tipo de respuesta de la piel al sol, depende de la cantidad de melanina en la piel y se evalúa en unaescala del 1 al 6. 

Conocer cual es tu fototipo de piel es vital para protegerte adecuadamente.

  • Fototipo I-II: Pieles extremadamente sensibles al sol, siempre se queman en la exposición solar y no se broncean. También adecuado para pacientes en tratamiento con medicamentos fotosensibles y para embarazadas.
  • Fototipo III-IV: Pieles sensibles al sol y/ o pieles que se queman a menudo al exponerse, aunque se broncean ligeramente.
  • Fototipo V: Pieles poco sensibles al sol. Toleran la exposición solar sin problemas de fotosensibilidad.
  • Fototipo VI: Pieles resistentes al sol. Pieles que casi nunca se queman.

¿Qué es el Factor de Protección Solar (FPS) y como calcularlo?

El factor de protección solar (FPS) nos indica el aumento de tiempo en que la piel puede permanecer al sol, sin sufrir sus efectos nocivos: enrojecimiento, eritema solar y quemaduras.

Nos dice cómo protegernos de los UV-B, pero todavía no se ha determinado científicamente como medir la incidencia de los UV-A, que son los más peligrosos: no hay que dejarse engañar.

Por lo que, además de utilizar el FPS apropiado hay que usar los fotoprotectores orales, que llegan a la dermis a través del torrente sanguíneo reforzando las defensas naturales.

Tipos de Cáncer de piel

Los datos hablan por sí solos: el cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente en el ser humano. De entre ellos, el melanoma es el más agresivo de todos y deriva de la alteración de las células del pigmento de la piel. Su incidencia en España ha aumentado un 38% en los últimos cuatro años, y cada año se detectan 4000 nuevos casos.

La supervivencia ante este tipo de cáncer depende de la fase en la que se detecte, por eso el diagnóstico precoz es vital. Normalmente, la probabilidad de desarrollar un cáncer de piel es mayor en personas que presentan gran cantidad de lunares.

Los 3 tipos más comunes de cáncer de piel demostrada su relación con la radiación UV:

  • Carcinoma basocelular: es el más habitual, se da en las células basales, es la capa más inferior de la epidermis, ahí comienza el crecimiento anormal y sube a la superficie. Suele aparecer en la cara, cabeza y cuello.
  • Carcinoma células escamosas: comienza en dichas células, en la parte más externa de la epidermis, crecen y producen escamas. Suele aparecer en zonas sometidas a alta exposición solar.
  • Melanoma: este tipo de cáncer de piel empieza a desarrollarse en los melanocitos, las células que producen la pigmentación de la piel, por ello, cualquier cambio en el color, borde o tamaño de pecas o lunares, podría ser una señal.

Revisiones periódicas y otras precauciones:

Revisa tu piel con regularidad para detectar cambios en el tamaño, la forma, el color o la textura de sus marcas de nacimiento, lunares y manchas.

Esos cambios pueden ser un signo de cáncer en la piel.

Hay que preguntar al farmacéutico o al médico si un medicamento o enfermedad puede producir  fotosensibilidad antes de llevarnos desagradables sorpresas.

Disponemos de todo tipo de texturas en el mercado para adaptarlas a las necesidades de cada piel.

La cosmética del sector de los protectores solares es una de las que más avances presenta y por ello podemos disponer de geles, sprays ,leches, texturas seborreguladoras, matificantes, absorbentes, antibrillos y un sinfín de presentaciones exquisitas con el objetivo de procurar el confort óptimo, la protección adecuada y el bronceado perfecto.

Nuestro deber es inculcar a los más pequeños el uso de la protección solar como algo normal incorporado a nuestra rutina diaria de cuidados, ya que la vida sólo se comprende mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia delante, creando hábitos de presente y de futuro en nuestros hijos.

 

«Autocuidado, Salud y Belleza»

Por Inmaculada Vicente María

Nº colegiado 1211