Autocuidado

La estrecha relación cáncer y estilo de vida

La estrecha relación cáncer y estilo de vida

Generalmente, los hábitos que practicamos con mayor regularidad en la sociedad actual son en su gran mayoría los responsables de la epidemia de cáncer que estamos viviendo. Existe una estrecha relación entre el cáncer y estilo de vida.

Los principales factores desencadenantes de todos los cánceres son causados por cuatro factores:

  • Consumo de tabaco.
  • Alimentación.
  • Alcohol.
  • Obesidad.

También influyen de manera decisiva:

la relación entre el cáncer y el estilo de vida es evidente; el cáncer es una enfermedad que depende en su gran mayoría de los hábitos personales y del estilo de vida.

Aproximadamente en el 5% de los cánceres existe un componente familiar hereditario.

La exposición a agentes tóxicos en el trabajo puede estar detrás de un 10% del total.

El resto, del 80 al 90%, estaría relacionado con el estilo de vida.

Practicar un autocuidado responsable, se perfila como una herramienta valiosa en la prevención de las enfermedades, incluído el cáncer.

La relación entre el cáncer y  estilo de vida es directo

Los hábitos personales representan el porcentaje más alto en la frecuencia de aparición de cáncer. Los más frecuentes son:

  • La exposición a la radiación solar: uno de cada tres nuevos tumores que se diagnostican son cáncer de piel. La exposición a los rayos ultravioleta solares es un factor de cáncer de piel y melanoma.
  • Humo y polución: El humo producido por la combustión de material orgánico es cancerígeno. Además, en las ciudades se une la concentración de partículas y agentes tóxicos de origen industrial, que aumentan los efectos de los carcinógenos.
  • Tabaco: El humo del cigarrillo que se consume sin aspirar tiene 4 veces más componentes carcinógenos que el inhalado, y los no fumadores que conviven en el mismo recinto están igualmente expuestos a estos carcinógenos.
  • Alimentación: productos manufacturados, procesados. Bebidas edulcoradas. Todo tipo de azúcares y refinados.
  • El consumo de alcohol: produce cáncer hepático, sobre todo cuando hay hepatitis y cirrosis, y representa un agente carcinógeno de primer orden en el cáncer orofaríngeo y esofágico.

Detección precoz: una responsabilidad de todos

La difusión de información de salud, la proliferación de campañas de prevención y la generalización de los programas de cribado y de medicina preventiva están repercutiendo de manera importante en la salud de la población.

Así, los programas de cribado han mejorado de manera importante el pronóstico del cáncer que, a pesar de su incidencia, han visto cómo crece su supervivencia y se reduce la mortalidad.

Recuerda: las mujeres deben realizarse una citología al año y, a partir de los 40 años deben participar en programas de cribado de cáncer de mama.

Los hombres, a su vez, deben participar en cribados de cáncer de próstata a partir de los 40 años y colorrectal, a partir de los 50 años.

La estrecha relación cáncer y estilo de vida nos sugiere que la prevención y detección precoz son una valiosa herramienta-

La alimentación es clave en la estrecha relación cáncer y estilo de vida

Una alimentación sana es clave en la prevención del cáncer. Como se indica desde el Código Europeo Contra el Cáncer, es posible reducir el riesgo de cáncer, hasta en un 18%, a través de una alimentación sana y el cuidado del peso corporal.

Un reciente estudio  señala que la dieta está directamente implicada en la iniciación y desarrollo de diversos tipos de tumores, como el cáncer de colon o de mama: un 40% de los tumores en hombres y un 60% de los tumores en mujeres tienen relación con la alimentación y más del 30% de las muertes por cáncer se deben a esta misma causa.

¿qué pautas debemos seguir para llevar una alimentación saludable?

Los especialistas recomiendan el “Plato para comer saludable”, propuesto por la Universidad de Harvard, y que está sustituyendo a la pirámide alimentaria que durante décadas ha sido clave en nuestras pautas nutricionales.

  • La mitad del plato debe contener verduras y frutas. Intenta meter algo de color y variedad y ten en cuenta que las patatas no cuentan. ¡Aprovecha ideas de la dieta mediterránea!
  • Un cuarto del plato debe contener granos integrales como pasta integral, arroz integral o patata. También podemos incluir en este apartado las legumbres, que además de ser una buena fuente de proteína, también lo son de hidratos de carbono.
  • La otra cuarta parte del plato debe incluir proteína saludable. Por ejemplo: pescado, pollo, legumbres o huevos. Estas proteínas combinan bien con las verduras y pueden ser mezcladas en ensaladas u otro tipo de recetas.
Existe una estrecha relación entre cáncer y estilo de vida

Existe una estrecha relación entre cáncer y estilo de vida

Se aconseja cocinar o aliñar con aceite de oliva virgen extra (AOVE) .

Para beber, toma agua, café o té.

Y en cuanto a la leche y productos lácteos (queso, yogures naturales sin azúcar…) se deben consumir de 1 a 3 raciones al día, teniendo en cuenta que un vaso de leche es una ración de lácteo, un yogur media ración y un triángulo de queso, otra ración.

Lo más importante es enfocarse en la calidad de la dieta.

Es más importante el tipo de alimentos que consumimos que la cantidad. Por ejemplo, es más importante que si consumimos aceite sea de oliva que de otro tipo. O que se trate de pan integral y no blanco.

La alimentación errónea,  es el punto número uno que en casi la mayoría de los casos deberíamos corregir:

Para la prevención del cáncer lo más recomendable es evitar el consumo de ciertos alimentos, así por ejemplo, podemos destacar.

  • No tomar alcohol.
  • Eliminar de la dieta los alimentos ultraprocesados (es decir, alimentos muy transformados ricos en grasas y azúcares, como la comida rápida, bebidas azucaradas o repostería envasada hecha con harinas refinadas).
  • Evita totalmente las harinas, los azúcares y todos los productos procesados
  • Las grasas animales trans, grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas.
  • Debemos sustituir el pan blanco, arroz blanco y otros granos refinados, por otros de origen integral.
  • Recuerda: limita las carnes rojas y evita carnes procesadas, como las salchichas o el beicon.
  • Evitar los aceites que contienen las grasas trans no saludables (son grasas presentes en bollería industrial o alimentos preparados).
  • En cuanto a la sal, lo mejor es evitar embutidos, snacks, salsas y platos precocinados… todos aquellos productos que suelen contenerla en cantidades muy elevadas.

Hay que destacar que las grasas beneficiosas son necesarias, ya que las membranas celulares están formadas por grasa y constituyen su cerebro. Las grasas saludables son las grasas omega, especialmente omega 3 y omega 9.

Por último, otro factor de riesgo importantísimo a tener en cuenta para evitar en la medida de lo posible la enfermedad, es el contenido de xenoestrógenos, sustancias químicas que imitan al estrógeno, como el BPA.

Se encuentra en el revestimiento de latas y plásticos, y contaminan así a los alimentos.

Este problema de exceso de hormonas presentes en todos los productos de uso diario, está provocando desarrollos prematuros en los adolescentes.

Aunque queda claro que la alimentación está relacionada enormemente con nuestra salud, cabe señalar que ningún alimento, por sí solo, produce cáncer ni puede evitar que desarrolles cáncer.

¿Qué otras pautas contribuyen a una alimentación saludable?

  • Dedica tiempo a planificar lo que vas a comer y cocínalo. Dedica tiempo a preparar una lista de la compra que incluya alimentos saludables, es la forma más segura de ir al supermercado con una lista de los alimentos que necesitamos.
  • Asocia las comidas con un momento agradable. Si comer se convierte en un mero trámite, lo más probable es que lo hagamos más rápido y prestándole menos atención.
  • Ten alimentos saludables en casa. Intenta que sean accesibles y que estén a la vista de todo el mundo (colocando la fruta en un frutero, por ejemplo). Si además dejamos la fruta cortada y preparada para tomar en un recipiente hermético en la nevera, será mucho más probable que nos animemos a tomarla cuando tengamos algo de apetito.
  • Mantente activo/a. Es importante practicar una actividad física moderada durante, al menos, 30 minutos diarios. Planifica tu jornada para sacar un hueco a realizar alguna actividad física que te resulte satisfactoria.

En definitiva, la alimentación es clave en la prevención contra el cáncer, y estos pequeños cambios pueden reducir el posible riesgo de desarrollar enfermedad.

Sin embargo, no podemos obviar otros factores igualmente de gran importancia, como pueden ser

  • Ejercicio.
  • Descanso.
  • Sistema inmunitario.
  • Influencia y adecuada gestión del estrés y las emociones.
Estrecha relación entre cáncer y estilo de vida

Estrecha relación entre cáncer y estilo de vida

¿Puede una dieta alcalina beneficiar la salud y evitar enfermedades como el cáncer?

Vamos a hablar de la relación que existe entre el cáncer y la alcalinidad,puesto que la alcalinidad también representa una mayor oxigenación del cuerpo y, cuando hay oxígeno en la sangre y un pH alcalino, las enfermedades lo tienen mucho más difícil para desarrollarse y evolucionar.

EL pH, el potencial del hidrógeno, mide el grado de acidez o alcalinidad de un organismo, variando sus valores del 0, que es el grado más ácido, al 14, el más alcalino.

El organismo del cuerpo humano se mantiene equilibrado en un rango del 7,35 al 7,45.

Sin embargo, si se ingieren alimentos muy ácidos de forma continua, este equilibrio podría verse amenazado ya que, para contrarrestar la acidez, el organismo humano debe hacer un sobreesfuerzo acosta de otras funcionas básicas del cuerpo, luego puede desarrollar otros problemas de salud relacionados con el peso.

¿Qué es la dieta alcalina?

Se ha demostrado con numerosos estudios e investigaciones que las células cancerosas aumentan su crecimiento cuando se encuentran en un organismo muy ácido, debido a que los tejidos ácidos pierden su capacidad de intercambiar oxígeno, por lo que el bajo nivel de oxígeno resultante es el medio idóneo para la reproducción de las células cancerosas.

Por este motivo, durante el tratamiento de la quimioterapia, es muy recomendable seguir una dieta alcalina, evitando, en la medida de lo posible, todos aquellos alimentos que sean demasiado ácidos para nuestro organismo.

Una dieta alcalina es una alimentación en la que se consume, principalmente, todos los alimentos alcalinos que tengan la capacidad de elevar el grado de pH en nuestro organismo y oxigenar todas las células.

La forma de cocinar los alimentos o comerlos directamente en su estado crudo, también influye directamente en la alcalinidad que nos proporcionan los mismos.

¿Cómo beneficia al cuerpo la dieta alcalina?

La quimioterapia es uno de los tratamientos más duros a los que se puede someter una persona, deja al cuerpo sin fuerzas y sin energías, con un sistema inmunológico muy debilitado y vulnerable.

Por esto, es muy importante ayudar a luchar al organismo con todos los medios posibles durante este tratamiento, y a recuperarse después del mismo.

La mejor forma de hacerlo es a través de la alimentación alcalina, ya que, además de dar la energía que necesita una persona, ayudará a luchar contra el cáncer desde dentro, creando las condiciones óptimas para que este no se pueda reproducir, y que la quimioterapia tenga un éxito rotundo.

Cuando conseguimos unos buenos niveles de pH en nuestro organismo, debido a la ingesta de alimentos alcalinos, nuestro sistema inmunológico se fortalece y conseguimos que la células del cuerpo se oxigenen y puedan expulsar todas las toxinas.

¿Cuáles son los alimentos más alcalinos?

Con las técnicas de hoy en día, se puede diferenciar claramente los alimentos ácidos de los alcalinos, incluso dentro del grupo de estos últimos, se puede diferenciar cuáles son los más alcalinos y los menos.

A continuación, se muestra una lista descendente de los alimentos alcalinos que podemos consumir para mejorar nuestra salud.

  • Los alimentos más alcalinos: agua alcalina con un pH de 8,8, la sal de Himalaya,  la hierba de cebada, de avena y de trigo, el pepino, la col rizada, las espinacas, el perejil, el brócoli, los germinados, las algas marinas, las bayas goji, el limón y el pomelo.

  • Muy alcalinos: aguacate, remolacha, pimentón y pimienta, el repollo, las berenjenas, apio, endivia, ajo, jengibre, judías verdes, lechuga, espárragos, cebollas, rábano, rúcula, tomate y el té verde.

  • Medianamente alcalinos: alcachofa, coliflor, zanahoria, cebollas, calabacín, puerros, berro, coco, quinoa, espelta, lentejas, aceite de oliva, aceite de lino y aceite de coco.

  • Neutrales o poco acidificantes: judías negras, garbanzos, seitán, pasas, melón, nectarinas, ciruelas, cerezas, sandía, amaranto, salmón, leche de arroz, leche de soja, anacardos, nueces, avellanas, mango, papaya y aceite de girasol.

Por lo que se ha podido comprobar, en una dieta alcalina se consumen básicamente muchos vegetales, sobre todo, los de hoja verde, y frutas, agua y tés alcalinizantes.

La adecuada alimentación es esencial en la prevención y tratamiento de muchas enfermedades, incluido el cáncer, y precisamente este tipo de dieta, nos aleja de los alimentos que son senderos directos a la enfermedad.

COME BIEN, VIVE BIEN, ENVEJECE BIEN.

 

«Autocuidado, Salud y Belleza»

Por Inmaculada Vicente María