Nutrición

Somos lo que comemos

Somos lo que comemos

Maltratamos nuestro cuerpo cuando no comemos adecuadamente, debemos poner a raya los malos hábitos alimenticios, al fin y al cabo, somos lo que comemos.

¿Por qué nuestro cuerpo enferma tanto? ¿Por qué las enfermedades se cronifican? ¿Está en nuestra mano tener una mejor calidad de vida?

Vivimos en una época en donde la alimentación y la forma en que lo hacemos están constantemente en tela de juicio.

La obesidad se ha apoderado de niños, jóvenes y adultos, mientras que la fascinación por el cuerpo y la estética siguen siendo pilares en la vida de algunos.

Por si fuera poco, cada vez es más frecuente que amigos, parientes o conocidos se conviertan al veganismo.

Hoy en día, la tendencia está cambiando y son varios los restaurantes y servicios de comidas que prefieren alimentos orgánicos y no industrializados para alimentarse, conscientes de los beneficios para la salud y calidad de vida.

¿Por qué somos lo que comemos?

  • La alimentación es un proceso voluntario a través del cual escogemos e ingerimos los alimentos que vamos a comer.
  • Una vez ingeridos los alimentos se acaba la alimentación y empieza la nutrición, que podemos definir como el proceso inconsciente e involuntario por el que el organismo recibe y transforma las sustancias nutritivas que le damos a través de lo que comemos.
  • A día de hoy no cabe duda de que lo que comemos es clave para alcanzar y mantener un funcionamiento óptimo del organismo, conservar o restablecer la salud y protegernos frente a la aparición de futuras enfermedades.
  • Lo que comemos es vida, es energía y nutrientes para poder vivir.
  • Pero además, nuestro comportamiento alimentario influye en las decisiones de los que nos rodean. El ejemplo más claro es el de los más pequeños, que imitarán y adquirirán los hábitos alimentarios que se siguen en casa.
  • A su vez, la sociedad entera influye en lo que nosotros comemos: las políticas alimentarias, las campañas de educación nutricional, el consumo colectivo, la oferta gastronómica, la disponibilidad de alimentos, la industria alimentaria, el entorno geográfico, la publicidad y el marketing, la moda y podríamos seguir citando infinidad de condicionantes…
  • Lo que comemos es además un signo histórico y cultural. A través de lo que tenemos en un plato podemos conocer un país. Cada pueblo posee unos hábitos alimentarios que significan un comportamiento cultural propio y característico. Un ejemplo claro lo tenemos en nuestra “Dieta Mediterránea”
Somos lo que comemos

Somos lo que comemos

Practicando hábitos de vida saludables

Sin duda, hay factores que afectan a nuestra salud y que se escapan del alcance de nuestras manos, pero, también es cierto, que podemos contribuir a prevenir y mejorar enfermedades en un porcentaje mucho más importante del que quizá pensamos.

Nunca hemos sido educados para cuidar nuestro cuerpo, y por ello, no somos tan conscientes de ello.

Pero, ¿cómo podemos en la cotidianidad de nuestra vida cuidar nuestra salud?

La respuesta es repetitiva: practicando hábitos de vida saludables. Lo hemos oído por activa y por pasiva, pero iremos un poquito más allá: no “maltratando” nuestro cuerpo.

Maltratamos nuestro cuerpo cuando no comemos adecuadamente, cuando fumamos, cuando hacemos una vida sedentaria, cuando no le ayudamos a favorecer la realización de sus funciones vitales, cuando abusamos y sobrecargamos la maquinaria.

Dos grupos de enfermedades

Todas las enfermedades se pueden clasificar en dos grupos: autoinmunes y funcionales y, paralelamente, todas las enfermedades subyacen a cuatro factores desestabilizadores del normal funcionamiento de nuestro organismo:

  • INFLAMACIÓN.
  • OXIDACIÓN.
  • ACIDIFICACIÓN.
  • MALA GESTIÓN DEL ESTRÉS.

Para trabajar en la prevención de la salud, hemos de tratar la funcionalidad, y para ello evitar que se desencadenen los factores desestabilizadores, intentando llegar a una conclusión que podamos aplicar en nuestra vida diaria, la cual podríamos sintetizar así:

  • Lo más importante y sencillo que nosotros podemos hacer por nosotros mismos es cuidar nuestra alimentación.
  • Tomamos muchos alimentos que producen desequilibrios en las reacciones de Oxidación-Reducción y Ácido-Base.
  • Cuando se producen estos desequilibrios, el cuerpo va mal; el pH se acidifica, el ácido daña las vellosidades intestinales alterando la absorción de micronutrientes.
  • Así mismo, un pH ácido tiende a favorecer inflamaciones y pérdida de minerales.
  • Una sobrecarga hepática y un mal funcionamiento intestinal, disminuyen la absorción de estos micronutrientes que son esenciales para la óptima realización de las reacciones enzimáticas.
  • Una mala gestión del estrés por parte de nuestro organismo conlleva una sobrecarga de las glándulas suprarrenales, una fatiga crónica, dolor muscular, enlentecimiento del funcionamiento de la glándula tiroides…

Somos lo que comemos

Dicho todo esto, deberemos conocer qué alimentos nos ayudan y cuáles nos perjudican, puesto que la alimentación y el sedentarismo son las primeras y fundamentales medidas preventivas y causas evitables que dependen directamente de nosotros.

Alimentos que producen acidez y que, por tanto, nos perjudican:

  • Leche.
  • Hidratos de carbono refinados (incluido azúcar), harinas blancas.
  • Margarina.
  • Alcohol.

Alimentos que favorecen un ambiente alcalino y que favorecen la funcionalidad orgánica:

  • Vegetales.
  • Fibra alimentaria para favorecer el tránsito-
  • Lácteos fermentados.
  • Fruta (no en exceso).
  • Grasas saludables, monoinsaturadas, ricas en omega 3 y 6.
  • Huevos.
  • Pescado.
  • Carnes blancas.
  • Alimentos favoritos son:  tomate,  aguacate,  granada, limón, lima, pomelo,  sal marina en escamas, brotes y germinados, frutos secos (excepto cacahuetes), aceite de oliva.

¿Cómo podemos ayudar aún mas a nuestro cuerpo a estar sano y evitar enfermar?

  • Ayudaremos así mismo a nuestro cuerpo practicando al menos dos veces al año terapias de drenaje y detoxificación.
  • Incorporando en momentos puntuales complejos vitamínicos, minerales y oligoelementos.
  • Tomando probióticos.
  • Haciendo ejercicio moderado de forma regular.
  • No tomando alcohol.
  • No fumando.
  • Protegiéndonos del sol.
  • Durmiendo y descansando las horas necesarias.
  • Gestionando nuestras emociones y evitando el estrés.
  • Teniendo una vida social sana.
Debemos inculcar hábitos a los niños desde pequeños en alimentación saludable

Debemos inculcar hábitos a los niños desde pequeños en alimentación saludable

No excluyas grupos de alimentos, somos lo que comemos y todos son necesarios

No te prives de nada y no elimines nada de tu alimentaciónpractica la regla del 80:20 ó las reglas del 2×1 ó 3×1 dependiendo de la ocasión. (plato de Harvard).

Es decir, mayoría de aquello que nos beneficia y minoría de aquello que nos puede perjudicar.

Cambiar hábitos nos costará los primeros días pero en menos de lo que imaginamos se convertirán en algo cotidiano y no supondrá ningún esfuerzo extra.

Podemos afirmar que lo que comemos es patrimonio cultural, sin embargo, deberíamos plantearnos muy seriamente que lo que comemos es compromiso, concienciación, responsabilidad individual y colectiva.

Salud integral; salud en la dimensión física, mental, emocional y espiritual.

 

«Autocuidado, Salud y Belleza»

Contenido elaborado por: Inmaculada Vicente María

Nº colegiado 1211