Autocuidado

Ansiedad y depresión

Ansiedad y depresión

Ansiedad y depresión no son exactamente la mismo, sin embargo, suele ser muy común que vayan de la mano. Vemos las diferencias.

La ansiedad y la depresión son afecciones diferentes, pero con frecuencia se manifiesten juntas. Los tratamientos para ambas también son similares. Una ansiedad prolongada siempre se convierte en la antesala de una depresión.

En algunas ocasiones la ansiedad es uno de los síntomas que experimenta una persona que sufre un trastorno depresivo, o viceversa, la depresión aparece como consecuencia de un trastorno de ansiedad.

En cualquier caso, ambas suponen un sufrimiento para el ser humano que las padece que, además, muchas veces es inexplicable para las personas de alrededor.

Tanto de la ansiedad como de la depresión se puede salir.

Es necesario mirarlas de frente, reconocer el problema y saber que el poder está en nuestra mente, es el arma más poderosa para que cada uno podamos ser y vivir como queramos hacerlo.

No es fácil: esfuerzo, perseverancia y valentía serán imprescindibles en esta cruzada de superación.

Ansiedad y depresión

Ansiedad y depresión

Origen de la ansiedad y depresión

En muchas ocasiones, el origen es un estado de estrés que, en su justa medida, no debería ser un obstáculo, sino más bien una fuerza poderosa.

El problema es que se nos va de las manos, no sabemos, ni podemos gestionarlo.

El estrés genera enfermedades crónicas, pues la ansiedad y la depresión desencadenan cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en nuestro sistema hormonal e inmunitario.

El estrés crónico es consecuencia de circunstancias vitales que la persona afectada no puede remediar.

  • Ansiedad se entiende por un estado de hipervigilancia, nerviosismo, fatiga, irritabilidad, preocupación, sensación de peligro, llanto fácil, trastornos del sueño, baja autoestima, pesimismo ante el futuro; a su vez, estos síntomas dan lugar a otros físicos como dolor abdominal, mareos, sensación de vértigo, diarreas, dolor de cabeza, temblores, sudoración, tensión muscular, frecuencia cardíaca rápida.
  • Depresión es el estado en el que una persona se siente con mucha frecuencia, triste, melancólico, infeliz, miserable o derrumbado, incapaz de afrontar la vida misma. Es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza interfieren con la vida. El cerebro entra en disfunción con la aparición de alteraciones en los neurotransmisores que modulan nuestro estado de ánimo.

Ansiedad VS Depresión

A menudo se confunde la depresión con estar triste o tener una “mala época”. Sin embargo, la depresión se caracteriza por tener sentimientos de ansiedad y/o tristeza, apatía o irritabilidad la mayor parte del tiempo, aunque no haya causa aparente.

Características definitorias de la Ansiedad:

  • Sistema de alerta.
  • Eventos de daño o amenaza.
  • Pensamientos de daño o amenaza.
  • Aumento de la activación y conductas de ataque, lucha o huída.
  • Tensión.
  • Aspectos específicos de los trastornos de ansiedad (rituales, flashbacks, miedo al miedo…).
  • El tratamiento reduce la activación y demuestra la no relación entre los estímulos o situaciones y una amenaza real y altamente probable.
  • Preocupaciones y miedos intensos, a menudo irracionales.
  • Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
  • Episodios repentinos de miedo o terror (ataques de pánico).
  • Fobias.
  • Ansiedad social y evitación de ciertas situaciones que pueden desencadenar malestar…

Características definitorias de la Depresión:

  • Sistema conservación/regulación de energía.
  • Eventos de fallo, pérdida o degradación.
  • Pensamientos de fallo, pérdida o degradación.
  • Disminución de la actividad física y social (retraimiento y enlentecimiento de los movimientos).
  • Tristeza y dificultad para sentir placer.
  • Pérdida del sentido de la existencia.
  • Culpa inapropiada.
  • Baja autoestima y sentimientos de inferioridad.
  • El tratamiento quiere aumentar la actividad y enseñar que hay relación entre actuar y recibir recompensas.
  • Trastornos del sueño.
  • Trastornos del apetito.
  • Molestias estomacales o intestinales.
  • Dolores de cabeza.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Sentimientos de soledad.
  • Cansancio continuo, etc.

Desencadenantes de la ansiedad

Trastornos como la depresión o la ansiedad puede aparecer sin causa aparente, suele tener su origen en circunstancias de la vida que no se han resuelto adecuadamente o provocan un grave estrés de forma continuada.

Sin embargo, es común que estos desencadenantes ocurrieran mucho tiempo antes de que se llegue a detectar la ansiedad o la depresión, por lo que a veces es difícil localizarlos.

La mayoría de las personas que padecen cualquiera de las dos enfermedades, ansiedad y depresión, suelen tener un denominador común: gastan demasiado tiempo en rumiar el pasado y se preocupan en exceso por el futuro.

Ambos suponen un gasto energético y mental estéril. El ayer es historia y el mañana es un misterio; debemos estar en el presente, disfrutar del momento.

Relación entre ansiedad y depresión

Estas dos patologías pueden coexistir en muchos casos. Como hemos visto, la ansiedad puede presentarse como un síntoma de depresión clínica.

De hecho, más del 50% de los pacientes depresivos tienen ansiedad.

Pero, también puede suceder que se desencadene una depresión a causa de un trastorno de ansiedad, como en el caso del trastorno de ansiedad generalizada. Especialmente si no se trata adecuadamente y se mantiene la situación de forma prolongada.

La buena noticia es que la ayuda por parte de profesionales de la salud mental es muy eficaz conteniendo y revertiendo estos síntomas. Con el tratamiento adecuado, puedes evitar que la ansiedad y la depresión se apoderen de tu vida.

De modo que, si tienes algunos de los síntomas anteriormente mencionados, no te quites importancia: no dudes en pedir ayuda antes de que la situación se cronifique o evolucione hacia un estado depresivo.

Cómo prevenir la ansiedad y la depresión

Ambos trastornos están muy relacionados, y se pueden prevenir y tratar con pautas muy similares. El tratamiento de ambas afecciones consistirá en realizar cambios en el estilo de vida, psicoterapia y uso de medicamentos si el médico lo considera necesario.

  • Cambia en la medida de lo posible aquellas situaciones que provoquen estrés continuado. Por ejemplo, buscando apoyo familiar para cuidar de un enfermo.
  • Mejora los hábitos de sueño.
  • Busca apoyo social y emocional, por ejemplo, en la familia o en un grupo de amigos con quienes se compartan aficiones e intereses.
  • Realiza actividad física de forma regular, mejor si es en grupo.
  • Evita el consumo de alcohol, drogas y tabaco.

En busca de la felicidad

La felicidad es el estado que todos anhelamos, pero que no siempre conseguimos.

De hecho, se dice que la felicidad completa no existe. Muchas veces nos encerramos en excusas e ideas erróneas, nos buscamos problemas e incertidumbres que nos nublan e impiden disfrutar el momento, idealizamos la vida ajena, deseamos tener…

Pero no está ahí la clave para tener una vida plena; la clave está en cómo interpretar el entorno,  sacar jugo a los pequeños detalles. Es una cuestión de percepción de la vida.

El éxito es la consecuencia de vivir de forma coherente, de valorar nuestro trabajo, nuestra profesión, suponiendo un disfrute en el presente, sintiéndonos especiales y afortunados, sin esperar nada del futuro.

El reconocimiento llega por el buen hacer, y es la paz interior de sentir el deber cumplido día a día.

Vivir en el presente no es difícil es cuestión de entrenamiento, poniendo atención a lo que sucede a nuestro alrededor: debemos dirigir nuestro foco de atención al presente y recrearnos en él.

Es muy importante cuidarnos a nosotros mismos. Todos somos importantes, y para nada este hecho constituye un acto de egoísmo. Debemos sentirnos importantes y cuidar a los que son importantes para nosotros. Es la mejor forma de sentirnos satisfechos y no frustrados, para que la apatía, la falta de motivación y la tristeza no convivan con nosotros.

Una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma, puede ir más allá en su trayectoria de lo que es capaz de imaginar.

Ansiedad y depresión suelen aparecer juntas y es necesario pedir ayuda

Ansiedad y depresión suelen aparecer juntas y es necesario pedir ayuda

El secreto de la salud mental y física es vivir el presente sabiamente

Afortunadamente, disponemos de un amplio arsenal de posibilidades para ayudar a superar este tipo de trastornos; el más importante, en este caso, entrenar la mente.

Tanto la ansiedad como la depresión no se diagnostican con una exploración física, por lo que la persona primero debe ser consciente de su estado, y en la manera de lo posible, pedir ayuda lo antes posible.

Son muchas las personas que se resisten a tomar fármacos con la idea de que crean dependencia y tolerancia. En algunos casos, así es. Pero, bien pautados nos pueden ayudar a salir del abismo y poder dejarlos progresivamente.

Pide ayuda a un profesional.

«Autocuidado, Salud y Belleza»

Por Inmaculada Vicente María

Nº colegiado 1211